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Abanca cierra la puerta, al menos de momento, a una posible unión con Banco Sabadell, tal y como se viene barajando en el mercado desde ... que la propia entidad vallesana dejase la puerta abierta a una posible unión con otra de menor tamaño, en el caso de que no triunfase la opa de BBVA.
«Ante las recientes informaciones publicadas en diversos medios sobre una posible operación corporativa con Banco Sabadell, Abanca desea insistir que no tiene interés en esta operación; somos una entidad comprometida con la generación de valor sostenible para nuestros clientes, empleados y accionistas, y cualquier decisión estratégica que tomemos estará siempre alineada con este objetivo», indica la entidad comandada por Juan Carlos Escotet en un comunicado.
El mensaje del banco es que su prioridad es culminar con éxito la integración de Eurobic en Portugal, siguiendo adelante con su plan estratégico 2025-2027 «enfocado en el fortalecimiento integral de nuestras áreas de negocio y en consolidar nuestra presencia en los mercados donde operamos».
El mensaje de la gallega deja entrever que, en principio, de participar en una operación corporativa, lo hará como comprador. Así lo ha hecho en los últimos tiempos con una fuerte actividad para integrar, entre otras, Targobank -la filial de Crédit Mutuel en España- o el propio Eurobic en Portugal. «No haremos más comentarios sobre especulaciones de mercado y nos enfocaremos en seguir avanzando en nuestros objetivos estratégicos», añaden.
Esta es la posición que también traslada Unicaja. Fuentes de la entidad consultadas por este diario apuntan a que, pese a que el banco entra en todas las quinielas para una hipotética fusión con Sabadell, la cúpula sigue centrada en «la creación de valor« para sus accionistas, »trabajando en el desarrollo de nuestro plan estratégico de manera independiente».
En todo caso, esta postura no implica que Sabadell no haya valorado la posibilidad de una operación con cualquiera de estas entidades. Desde el banco catalán rechazan hacer comentarios ante los rumores de estos días. Pero su consejero delegado, César González-Bueno, sí ha señalado en varias ocasiones la complementariedad geográfica y de negocio que implicaría la unión con otro banco mediano en territorio nacional. Y fuentes jurídicas apuntan a que una negociación en este sentido no rompería el denominado «deber de pasividad», por el que la cúpula del banco catalán puede realizar ningún movimiento que interfiera en la opa «sin el visto bueno de la junta».
La norma establece, de hecho, que no quedan sujetas a esta limitación algunos movimientos como «la búsqueda de ofertas competidoras», dejando claro, no obstante, que «si en este proceso se diera acceso a cualquier clase de informaciones no públicas de la sociedad afectada, deberá asegurarse la igualdad entre todos los potenciales oferentes de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 46 de este real decreto».
La unión con Abanca o con Unicaja sería bien recibida por el Gobierno de Pedro Sánchez, inmerso actualmente en la inédita consulta pública con la que, hasta el 16 de mayo, pretende recabar el sentir de la sociedad en torno a la opa lanzada por BBVA.
La idea del Ejecutivo, según informaciones publicadas por 'La Vanguardia' o 'El Periódico', pasaría por que Sabadell aproveche el entorno no solo para poner obstáculos a la opa de BBVA, sino para superar uno de los principales escollos que la operación financiera del año ha dejado al descubierto: la falta de un núcleo duro en su accionariado capaz de blindarse con mayor facilidad ante esta y cualquier otra oferta.
En todo caso, cualquiera de estas operaciones no estaría libre de problemas. El más inmediato, las previsibles tensiones para decidir el reparto de sillones del consejo en la hipotética entidad resultante. Cabe recordar que el principal accionista de Abanca -que no cotiza en Bolsa- es el propio Juan Carlos Escotet que controla de forma directa un 43,50% del capital del banco nacido de la unión de las cajas gallegas. A través de su family office mantiene otro 41,25%. En total, un 84,75% que podría hacer valer para alcanzar una participación elevada en el banco resultante el caso de una fusión con Sabadell.
En el caso de Unicaja, es la propia Fundación bancaria el principal accionista con un 30,23% del capital, según datos de la CNMV. Y otro de los problemas a superar para una eventual fusión con la catalana sería el posible cambio de sede, que implicaría el traslado de la fundación a Cataluña, según indican fuentes financieras. Ese escollo por las elevadas sensibilidades territoriales se daría también ante una posible aproximación a otros bancos de menor tamaño como Kutxabank, propiedad de tres fundaciones (Fundación BBK, Fundación Kutax y Fundación Vital) y con un fuerte arraigo -también político- en el País Vasco.
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