La integración tecnológica y la venta de TSB, las claves de la opa para BBVA
Si las condiciones del Gobierno exigen mantener los sistemas digitales del Sabadell, el banco vasco vería amenazados cerca de 400 millones en sinergias
BBVA analiza a contrarreloj el impacto que la exigencia anunciada este martes por el Gobierno de España para la opa sobre el Sabadell puede ... tener sobre las sinergias que calculó en la operación. Estas ascendían a 850 millones de euros -según informó el banco vasco en el folleto entregado a la CNMV- y más de la mitad, 450 millones, dependen precisamente a la integración tecnológica de ambas entidades. Casi 300 millones sería por ahorro en personal -ese quedaría bloqueado por las condiciones del Gobierno- y 100 millones en costes de financiación.
El daño sobre este cálculo de ahorro que marca la rentabilidad de la operación para BBVA es una de las claves para los siguientes movimientos, con permiso del TSB. Y es que si Sabadell cerrara la venta de su filial inglesa obligaría a suspender la opa tal y como está planteada. En ese escenario, el consejero delegado en España de BBVA, Peio Belausteguigoitia, ha señalado este miércoles que analizan el impacto de la decisión de Moncloa, una decisión que -como han venido señalando- no se descarta el abandono de la opa si sus condiciones amenazan a la viabilidad de la operación.
BBVA asumía el escenario de seguir adelante con la opa, aunque el Gobierno impidiera la fusión comercial de ambas marcas, como ha terminado por ocurrir. Porque salvaba el grueso de esas sinergias. El banco vasco daba por descontado que la compra del Sabadell se llevaría a cabo, pero tendría que funcionar con dos marcas, dos consejos de administración y dos pesonalidades jurídicas diferentes bajo una misma propiedad. Como ha venido ocurriendo con Kutxabank y CajaSur hasta ahora los últimos casi 14 años y como pasó con Banesto cuando fue presidido por Ana Patricia Botín, mientras su padre dirigía el Banco Santander.
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Para la entidad vasca presidida por Carlos Torres este escenario era una opción más que posible que aprovecharía para ir avanzando la integración tecnológica de las plataformas de ambos bancos, una cuestión clave en la generación de ahorros futuros. Tradicionalmente BBVA ha sido, además, una de las marcas con mayor desarrollo digital y calculaba que la integración con la entidad vallesana podría llevar casi dos años.
Dudas sobre las condiciones del Gobierno
Pero la obligación de mantener «una gestión autónoma» durante tres años, ampliables a dos, anunciada este martes por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ¿hasta dónde llega? Cuerpo reclamó este martes en su explicación en Moncloa que los responsables de ambos bancos, en caso de salir adelante la opa, además de preservar el empleo y las oficinas, deberán velar «para mantener el valor de sus activos».
La falta de concreción y desarrollo de la autorización del Gobierno -se ciñe a dos folios- abre un enorme escenario de elucubraciones que dejan un amplio margen a la arbitrariedad en la interpretación. Desde el entorno del Sabadell explican a este periódico que, indudablemente, el abandono de su sistema informático supone un daño a un activo estratégico. Si este se produjera, los analistas señalan que podría suponer un cargo negativo de 900 millones.
La amenaza de TSB
Es en esas líneas donde se juega salvar o no el grueso de las sinergias. De ahí que el análisis del BBVA sea detenido, aunque a toda velocidad porque de sus conclusiones saldrán los ajustes que haya o no que hacer sobre el folleto de la opa, si es que decidide seguir adelante. Este documento debe ser validado por la CNMV antes de someterse a la decisión de los accionistas del Sabadell. Si el proceso sigue, ese paso sería a mediados de julio y con el objetivo de cerrar el plazo en septiembre.
Todo, claro está, si la venta de la filial británica del Sabadell, el TSB, no revienta la opa. Y es que si alguna de las ofertas por el banco inglés fraguara, la entidad catalana debería someterla a su junta de accionistas. Esta irrumpiría en mitad del proceso de aceptación de la opa de BBVA y afectaría de plano a la valoración del banco, obligando a la entidad vasca a suspender las condiciones de su oferta.
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