Comienza la excavación en una de las fosas comunes más grandes de la represión franquista en Extremadura
En Valverde de Llerena han localizado ya los restos de 9 personas asesinadas a partir de septiembre de 1936; se estima que pueden hallarse los restos de una treintena
Andrés Gómez Parra, alcalde de Valverde de Llerena (566 vecinos, Campiña Sur), está emocionado. «Hay personas que desde hace muchos años llevan ... esperando recuperar a sus seres queridos. Padres, abuelos, tíos...Estamos ahora en el comienzo de encontrar sus restos y de que descansen realmente en paz», señala el regidor valverdeño en el cementerio de la localidad, donde se tiene constancia de una de las fosas comunes más grandes de Extremadura con represaliados del franquismo. En realidad, más que una, serían tres. En dos de ellas la empresa Almena ha empezado a excavar el pasado día 5. En una tercera fosa en el camposanto de Valverde no se va a poder trabajar.
«Aquí se cometió una barbaridad. En 1970 se decidió construir un bloque de nichos en esa zona del cementerio. Cuando los albañiles empezaron los trabajos descubrieron restos humanos. Se oía desde hace años que allí podía haberlos de la Guerra Civil pero no había seguridad en esa zona. A pesar de ello, se decidió construir encima de lo que sería otra zona de fosa el bloque de nichos», relata Gómez.
La localidad de la Campiña Sur tenía alrededor de 2.500 vecinos cuando estalló la Guerra Civil. Y vivió, como toda la provincia de Badajoz, una de las represiones más cruentas por parte del bando franquista. Fue sitio de paso de la llamada Columna de los 8.000, miles de personas desplazadas de otros pueblos de la provincia que buscan llegar a zona republicana. Fue el primer éxodo masivo de población de la Guerra.
«Tenemos constancia de que tres señoras de Valverde de Llerena fueron arrojadas a la mina La Oscuridad, en Azuaga, por dar de comer y auxiliar a desplazados de esa columna. Esas tres mujeres son también represaliadas de Valverde de Llerena pero no se van a encontrar en las fosas del cementerio sino que sus restos llevan años en esa antigua mina de Azuaga», subraya Sheila Romero, directora de la empresa Almena a este diario.
Gracias a una subvención del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática canalizada a través de la Junta de Extremadura, la empresa Almena han iniciado los trabajos de trabajos de excavación y exhumación en la fosa de Valverde de Llerena. Es la primera fase, que durará hasta la próxima semana, la primera de junio. Para la segunda fase está prevista la recuperación de todos los restos encontrados y su cotejo a través de ADN de familiares vivos para averiguar sus identidades.
«Hemos delimitado lo que se podría decir dos fosas claramente diferenciadas. Y de manera indiciaria los restos de 8 personas, probablemente 9», ha contado a HOY la directora de Almena. El año pasado la empresa realizó la excavación y la exhumación en Segura de León (comarca de Tentudía), donde se encontraron restos de 17 personas. En Segura, como se quiere en Valverde de Llerena, se iniciará una segunda campaña de trabajos.
Según la Asociación de la Memoria Histórica de la Campiña Sur, la localidad de Valverde de Llerena fue tomada por las tropas sublevadas el 23 de septiembre de 1936. Desde esa fecha se cometieron numerosos asesinatos extrajudiciales de ciudadanos republicanos valverdeños. «Es difícil cuantificar la cifra de represaliados mortales porque la mayoría no fueron inscritos en el registro civil del municipio», apunta el presidente del colectivo, Baltasar Mateos, pero las investigaciones desarrolladas por historiadores locales como Rosario Calero Grillo y Juan Carlos Santervás García elevan a 42 las víctimas de la represión franquista.
Entre ellos el alcalde Miguel Doñoro Parra, que fue «ajusticiado el 19 de abril de 1939 cuando regresó a su pueblo sin las manos manchadas de sangre, pero fue torturado durante varios días y, finalmente, ahorcado, simulando un suicidio, en la cárcel municipal».
En la fosa localizada en Valverde estarían alrededor una treintena de fallecidos según los testimonios y la documentación recabada por el investigador Rosario Calero Grillo. «Hasta el momento sería una de las fosas comunes de la represión de la Guerra Civil más importantes de Extremadura», apunta la asociación. Aunque, como ha señalado tanto el alcalde como la directora de la empresa Almena, una buena parte de ellos no van a poder ser recuperados al encontrarse bajo un bloque de nichos.

La Campiña, zona clave de la Columna de los 8.000
Fue el primero de los grandes desplazamientos de personas que provocó la Guerra Civil. Sucedió en septiembre de 1936, cuando las tropas nacionales ocupaban ya casi todo el suroeste extremeño salvo la pequeña bolsa republicana que formaban las comarcas de Jerez de la Frontera y Fregenal de la Sierra. En estos lugares se habían concentrado miles de personas significadas con partidos y organizaciones de izquierda de una gran cantidad de pueblos de la provincia de Badajoz. Miles de personas huyeron. La columna la conformaron, sobre todo, mujeres y hombres indefensos, niños y niñas, ancianos y ancianas, andando y cargadas con algunos enseres en carros y animales. Pocos iban armados. La huida fue a través de 100 kilómetros, partiendo de Fregenal de la Sierra y pretendiendo llegar al enclave republicano de Azuaga, una de las pocas zonas de la provincia que no había sido ocupada por el ejército de Franco.
Cuando estaban ya cerca de Azuaga, la columna fue atacada en un paraje cercano a Reina y Fuente del Arco. Murieron unas 80 personas. Tras este ataque, muchos miembros de la columna acabaron huyendo de nuevo hacia sus pueblos, donde fueron asesinados, y unas 2.000 personas de la columna fueron hechas prisioneras y muchas de ellas fusiladas un mes después. Unas pocas lograron finalmente llegar a territorio republicano.
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