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El gran apagón del pasado 28 de abril ha puesto el foco en Extremadura. El Gobierno sitúa en la provincia de Badajoz, junto a las de Sevilla y Granada, el origen ... de una serie de incidencias todavía por concretar que propiciaron que en España y en la vecina Portugal faltara el suministro eléctrico durante horas.
Indirectamente también se ha empezado a mirar a las empresas productoras de energía renovables, que tienen en la región un escenario prioritario para la producción de energía y su cuenta de resultados. Somos la primera región en potencia fotovoltaica instalada, segunda en termosolar y tercera en hidráulica.
En realidad, no solo las renovables, que cada vez ganan más peso, sino también la central nuclear de Almaraz son fundamentales para la generación eléctrica en España porque esta última aporta más de 2.000 megavatios de potencia instalada para producción de energía.
De hecho, la energía nuclear supuso en el año 2023 el 54,6% del total de la producción eléctrica en Extremadura. Creció un 1,5% en ese año respecto al anterior. Mientras, un 45,14 % de la producción total fue de origen renovable.
En este escenario se entiende mejor que la producción eléctrica alcanzó en Extremadura en 2023 los 29.750 gigavatios hora (Gwh), un 13,43 % más que en el año anterior. Es su máximo histórico.
Los datos de ese ejercicio son los últimos oficiales de un año completo porque no ha salido aún el informe de 2024. Esta información aparece en el Informe del Sistema Eléctrico Español 2023 que elabora Red Eléctrica de España.
Recoge, entre multitud de datos, que la producción libre de emisiones de dióxido de carbono (gases de efecto invernadero) alcanzó en Extremadura el 99,8 % de la producción frente al 72,1 % nacional. Eso se explica sobre todo por el músculo alcanzado por la producción renovable a través de la energía solar fotovoltaica.
Pero quizás lo más significativo sea la radiografía de cómo se produjo la energía, a través de qué tipo de tecnología, renovable o nuclear, y cuál fue el consumo de la misma en territorio extremeño.
Del total de la producción de ese 2023, un 30,8% fue a través de las plantas fotovoltaicas, que con distinto tamaño están desperdigadas por territorio extremeño. Se contabilizan más de ochenta. Abundan las de tamaño medio-pequeñas, por debajo de los 50 megavatios de potencia, cuya tramitación y autorización final es competencia de la Junta de Extremadura. Pero también las hay grandes.
Hay que recordar que la región alberga a las dos mayores fotovoltaicas de Europa. Una, de bautizada como Francisco Pizarro, de Iberdrola, entre los términos municipales de Aldeacentenera y Torrecillas de la Tiesa, en la comarca de Trujillo. Tiene 590 megavatios de potencia instalada. La segunda es la planta Vasco Núñez de Balboa, igualmente de la multinacional Iberdrola. Se sitúa entre Hinojosa del Valle y Usagre, con 500 megavatios de potencia. Está en el sureste pacense.
El informe de 2023 refleja que el aumento de la generación de energía eléctrica en la región procede principalmente del incremento de un 32,14 % de la producción de energía renovable. En ese sentido, hay que resaltar el gran ascenso de la producción hidráulica (+69,77%) en un año de más lluvia, y, como es previsible, por la solar fotovoltaica (+32,10%).
Los datos revelan que subió la producción (29.750 gigavatios por hora) pero, en el lado contrario, bajó la demanda de energía en la región. En ese 2023 cayó un 1,44 %, hasta los 4.779 GWh.
Eso ratifica la tendencia en el balance eléctrico de Extremadura: su producción de energía supera ampliamente (en este caso, en un 622,51%) a la demanda. O dicho de otra forma: solo se consume en la región algo menos del 17% de la energía total que se crea en nuestro territorio.
Específicamente, la producción de la energía eléctrica a partir de tecnología nuclear es algo más de tres veces superior a nuestra demanda de energía eléctrica total.
Otro aspecto a tener en cuenta relacionado con la energía fotovoltaica es su implantación en Extremadura. Según contó HOY en julio del año pasado, las grandes instalaciones fotovoltaicas ocupan unas 11.340 hectáreas de suelo en Extremadura. Eso es equivalente al 0,4% de la superficie agraria útil de la región.
Si sumamos a las grandes el terreno que ocupan las pequeñas y medianas plantas, el dato final es de 18.820 hectáreas en Extremadura en las que hay placas solares. O dicho de otra forma, menos del 1% de la superficie total de Extremadura.
Unidas por Extremadura, a través de su portavoz, Irene de Miguel, pide que se crea una empresa pública de energía que se encarga de su producción y distribución. Ha registrado esa propuesta en la Asamblea. De Miguel considera que el apagón ha evidenciado que «el modelo eléctrico está en manos de cuatro grandes empresas, que han sido demasiado avariciosas y que han querido hacer dinero a costa de la seguridad de los ciudadanos y ciudadanas». Reclama en esa propuesta que el Estado elabore un estudio para implementar esa empresa pública, «como tienen otros países de nuestro entorno. Somos una excepción en Europa al no tener esa herramienta». Añadió que también contempla la elaboración de un plan para industrializar los territorios donde se produce la energía. «No se entiende que Extremadura sea rica en energía pero luego toda la industria esté en otros lugares», ha agregado.
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