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Una lluvia intermitente en las primeras horas de la tarde amenazó con aguar la fiesta, pero sobre las siete paró y el grupo extremeño Sanguijuelas ... del Guadiana hizo vibrar a una Plaza Mayor llena de miles de personas. Entre ellas estaba en primera fila Consuelo Masa, que a sus 82 años no paró de disfrutar del concierto de su nieto Juan, integrante de este grupo de la Siberia que este sábado se metió al público en el bolsillo con su mezcla de rock, autotune y pequeños toques flamencos, un estilo difícil de definir que suena a auténtico y a los veranos en el pueblo.
«Estoy muy emocionada, esto es maravilloso. Me siento muy orgullosa de mi nieto», decía Consuelo con lágrimas en los ojos mientras saltaba y disfrutaba como una enana. No era para menos. Una plaza a rebosar coreando las canciones de esta formación de la localidad pacense de Casas de Don Pedro que está revolucionando el panorama musical español.
Su sonido ya adelantaba lo que se podía esperar de la jornada grande de un Womad que se consolida sin botellón. Los accesos a toda la zona de conciertos en los tres escenarios del casco antiguo (Plaza Mayor, San Jorge y Santa María) están blindados por seguridad para que ningún asistente cuele bebidas que no hayan sido compradas en las barras de los bares del recinto.
Y así ha sido, nada que ver con la imagen de otras ediciones en las que había que esquivar bolsas de plástico y botellas para pasar de un lado a otro. Una estampa mucho más sostenible para un festival que ha cambiado con el paso del tiempo. Ha perdido parte de su esencia y es difícil ver a hippies descalzos con sus hijos correteando por la plazas de la ciudad o batucadas en las escaleras del Arco de la Estrella. Complicado no, imposible porque este año junto a la escaleras de esa zona han implantado un sistema de riego que impide que se sienten los que participan en la cita.
Parte de esa espontaneidad se ha perdido, pero aún quedan melancólicos moviendo sus cariocas en el centro de un corro, artistas callejeros pintando cuadros al ritmo de la música, africanos moviendo el esqueleto mientras suenan los timbales en Santa María o rincones con un olor sospechoso.
El buen ambiente sigue protagonizando un festival en el que este sábado hay diez conciertos que atraen a muchos visitantes de otros puntos de la región. Es el caso de Meme Moto, pacense que viajó con su comparsa Los Pirulfos, procedente de Barbaño y muy conocida en el Carnaval de Badajoz. «Llevamos viniendo varias ediciones y aprovechamos para tocar percusión», decía justo antes de que empezara el concierto de Sanguijuelas del Guadiana.
Tras el grupo de la Siberia extremeña, en la Plaza Mayor fue el turno de The Zawose Queens, un dúo que canaliza la esencia ancestral de la música Gogo de Tanzania; Nusantara Beat, que conquista a los amantes de la música con raíces indonesias, y Arp Frique & The Perpetual Singers, proyecto musical liderado por el multiinstrumentista de Róterdam Niels Nieuborg que cierra los conciertos en este escenario.
En San Jorge, además de los talleres musicales de Bollywood y de danza afroperuana, hay tiempo para escuchar a la artista de Lisboa Ana Lua Caiano y la música electrónica del dúo colombiano Ácido Pantera.
Santa María sonó al estilo 'Tex-Mex' del Conjunto San Antonio, al soul y rock de los 70 de la banda cacereña The Ruffos y a los ritmos tradicionales africanos y contemporáneo de Sü.
De todo ello disfrutan habituales del Womad que repiten en este festival cada año. Es el caso de Montse Gómez, de Don Benito y que ha estado en casi todas las ediciones. «Me encanta la música y desde que han quitado el botellón es una maravilla, aunque esta edición ha estado un poco floja respecto a los grupos, pero me está gustando», comentaba desde la Plaza Mayor.
Para otros, como Víctor Santos, era la primera vez en Womad. «Me gusta el ambiente. Me habían hablado amigos y no hay tanta gente como me imaginaba. Creo que el tiempo ha influido un poco», decía.
Eso también ha provocado que los hosteleros tengan menos ventas, según indican. «El año pasado hubo más gente. Se notó más el calor y además en esta edición solo se puede acceder por la entrada de la calle Pintores a la Plaza», contaba Álvaro Corchero tras la barra del bar Monumental, en la Plaza Mayor.
Lo decía justo antes de leerse el manifiesto del Womad a cargo de la Plataforma de Refugiadas de Cáceres desde el escenario de la Plaza Mayor. Con él apoyan a Palestina ante lo que denominan «genocidio planificado» en Gaza y hacen reflexionar sobre todos los conflictos bélicos y la búsqueda de la paz.
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