Antony y Abde llevan al Betis a su primera final europea

Antony y Abde, autores de los goles de la victoria en la ida en el Benito Villamarín (2-1) y también este jueves de los dos tantos en el empate ante la Fiorentina en el Artemio Franchi, llevaron al Betis a la primera final europea de su historia. El brasileño abrió el marcador con un golazo de libre directo y, aunque el equipo italiano remontó con sendos cabezazos de Gosens al aprovecharse de la ineptitud del Betis a balón parado, Antony también fue en el prórroga el asistente de Abde para que el extremo marroquí sentenciase al vigente subcampeón de la Conference. En esa acción decisiva también resultó determinante Aitor Ruibal, que salió al terreno de juego en el tiempo añadido y permitió la resurrección del Betis con su pase al hueco al genial Antony tras bajar el balón de espaldas.

El equipo de Manuel Pellegrini se levantó con fe y carácter en la prórroga y, consiguió, gracias a la conexión Antony-Abde, eliminar en su propia casa a un rival que aspiraba a su tercera final consecutiva en la Conference pero tuvo que rendirse a un adversario en estado de gracia que también aspira a sacar en la Liga un billete para la Champions. Su rival en la final de la tercera competición continental será el Chelsea, el día 28 en Polonia, después de que el Betis, en un duelo de mucha exigencia física y mental, resolviese en la prórroga, con más fútbol que la Fiorentina. Le pudo condenar al Betis el balón parado, porque pudo encajar más goles de córner o de falta, aparte de los dos que se llevó en la primera mitad, pero aguantó con aplomo y fueron dos extremos veloces y determinantes, quienes le encumbraron en unas durísimas semifinales europeas para quedarse a un solo paso de un hito inédito en la historia del club.

Antony, el futbolista que debutó hace solo tres meses con el equipo verdiblanco, al que llegó en el mercado de invierno cedido por el Manchester United, ha sido clave para que una entidad con 120 años de historia tenga la posibilidad de luchar por el último torneo europeo creado por la UEFA, con la Fiorentina presente en las dos finales anteriores pero esta vez víctima en semifinales de un Betis crecido, aunque poco fiable en defensa. Mucho mejor estuvo el conjunto sevillano en ataque y pudo decidir el pasaporte a la final el Betis al final de la segunda parte si no hubiese sido por David de Gea.

Con dos paradones consecutivos en el minuto 88, precisamente a disparos, cómo no, de Antony y Abde, el portero español de la Fiorentina impidió que el conjunto de Pellegrini sacase el billete a la final en el tiempo reglamentario sin necesidad de prórroga. La eliminatoria tuvo que decantarse durante 30 minutos más porque el Betis fue incapaz de defender en el Artemio Franchi su mínima ventaja lograda en el Villamarín, ya que fue un coladero en defensa a balón parado y encajó dos goles de cabeza de Gosens, aunque pudieron ser más a favor de los transalpinos.

La Fiorentina remontó el golazo inicial de Antony de libre directo al aprovecharse de la debilidad defensiva a balón parado de un Betis que tembló cada vez que el vigente subcampeón de la Conference tuvo opciones en los córners o los lanzamientos de falta. El equipo viola dirigido por Raffaele Palladino también intentó sacar del partido al Betis, sobre todo a Antony, en una segunda parte en la que el capitán Ranieri no dejó de provocar al desequilibrante jugador brasileño del conjunto sevillano.

Pese a los intentos de Antony y de Isco, que volvió a ofrecer destellos de su magia pese a acusar el cansancio tras una buena primera parte, la Fiorentina sobrevivió al final gracias a De Gea, con la suerte que tuvo también el conjunto italiano de marcar un segundo tanto inmediatamente después de que Jonny mandase un balón al larguero. Si ese disparo hubiese acabado en gol al término del primer tiempo habría evitado menos angustia del finalista español, que en el último minuto de la prórroga también tuvo el tercer gol en las botas de Abde, pero lo impidió el poste.