Juan Carlos Olaya murió en Garlitos por los golpes que recibió en el pecho
La jueza instructora llama de nuevo a declarar a los dos investigados en la causa y a los guardias civiles que han llevado la investigación
A. B. Hernández
PLASENCIA.
Domingo, 22 de junio 2025, 07:51
Juan Carlos Olaya Tejada fue visto por última vez el 7 de enero de 2024. Ese día este vecino de Garlitos salió a dar ... un paseo por la sierra acompañado por su pareja y el tío de ella. Nunca más regresó al pueblo. Murió ese día y lo hizo a consecuencia de los contundentes golpes que recibió en el pecho.
La denuncia por su desaparición no se presentó hasta 18 días después. Quienes lo acompañaban en el paseo dijeron que pensaron que terminaría volviendo y no dieron la voz de alarma hasta el 25 de enero.
Sorprendió esa tardanza, pero entonces no existían indicios para actuar contra ellos. Las batidas de búsqueda no dieron con el hombre y el caso casi cayó en el olvido con la esperanza de que, en cualquier momento, Juan Carlos Olaya reapareciera.
El cadáver ha sido analizado por los especialistas del Instituto Nacional de Madrid
Todo cambió meses después. El 17 de noviembre de 2024, un cazador encontró un cadáver a unos dos kilómetros del casco urbano de Siruela, una localidad pacense que apenas dista trece kilómetros de Garlitos, en una zona de matorrales que ya había sido rastreada.
Desde el primer momento se pensó que se trataba de Juan Carlos Olaya, pero su identificación no se confirmó hasta el 26 de diciembre debido al avanzado estado de descomposición que presentaba el cuerpo.
Tras el hallazgo, la Guardia Civil siguió adelante con una investigación que condujo a la detención de las dos personas que le acompañaron el día de su desaparición, pero que no la denunciaron hasta días más tarde. Y con las pruebas obtenidas por los agentes de la Policía Judicial y las declaraciones contradictorias de los detenidos, la jueza del número 1 de Herrera del Duque, que instruye la causa, determinó tras tomarles declaración del pasado 26 de febrero el ingreso en prisión del tío y la puesta en libertad con cargos de la pareja. El primero está siendo investigado por un delito de homicidio; ella por omisión del deber de socorro y encubrimiento.
La pareja del fallecido dijo en un primer momento que habían perdido de vista a Juan Carlos cuando subió a una zona elevada para cazar conejos, pero después, con la investigación ya avanzada, «contó que los dos hombres comenzaron a discutir, que ella se separó por miedo, que escuchó voces, insultos y como si se lanzaran objetos entre ellos, que se más tarde se hizo el silencio y poco después apareció solo su tío», explican desde SM Abogados Penalistas, despacho que ha asumido la defensa de la familia del fallecido.
Declaración
Tanto la pareja de Juan Carlos como el tío de la mujer volverán a declarar en sede judicial el próximo día 26. La jueza de Herrera del Duque ha citado a los dos investigados y también a los cuatro guardias civiles de la Policía Judicial que han llevado a cabo la investigación del crimen, así como a vecinos de Garlitos y Sancti Spíritus, localidad en cuya dirección supuestamente iban caminando los implicados cuando tuvo lugar la muerte de Juan Carlos.
El avanzado estado de descomposición que presentaba su cadáver dificultó que el Instituto de Medicina Legal de Badajoz pudiera determinar la causa de su muerte. «De hecho no halló signos de violencia», recuerda SM Abogados Penalistas.
El cadáver del vecino de Garlito se trasladó por eso hasta el Departamento de Antropología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, que en un amplio informe detallan que fueron los contundentes golpes que Juan Carlos recibió en el pecho, que le provocaron fracturas costales, los que le causaron la muerte.
Además, recuerda la defensa de la familia del fallecido, el estudio que realizaron los forenses determinó que el cuerpo había sido movido después de morir. «Tenía una posición forzada» que parecía apuntar a una «manipulación post mortem». A esa hipótesis apuntaban también los síntomas de arrastre que presentaba la ropa del fallecido. «Las zapatillas estaban a 20 o 30 metros, ese era otro indicio».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.