

Secciones
Servicios
Destacamos
«Soy un anciano que se va. Hay que trabajar por la esperanza. Les doy mi corazón. Tengo que dar gracias a la vida porque ... cuando estos brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyéndome. Hasta siempre». José Alberto Mujica, más conocido como Pepe Mujica, pronunció estas palabras a finales de octubre. Este martes se ha consumado su adiós tras recibir en las últimas horas cuidados paliativos para evitar el dolor en la fase terminal de su cáncer de esófago.
Nacido en Montevideo el 20 de mayo de 1935, exguerrillero de Los Tupamaros y encarcelado durante quince años, en 2010 -y hasta 2015- se convirtió en el cuadragésimo presidente de Uruguay. Era un poeta y filósofo de la vida, de verdades auténticas, y para muchos el dirigente más humilde que haya existido nunca. Un mandatario atípico que donó hasta el 90% de su salario mensual a organizaciones benéficas y a empresas con situaciones complicadas.
Mujica hizo su doloroso anuncio sobre su enfermedad delante de un público que lloraba y gritaba «¡Pepe, Pepe!». «Tengo casi 90 y estoy peleando con un cáncer, estoy peleando con la muerte, porque estoy al final del partido, absolutamente convencido y consciente», confesó. Nunca dudó en contar su realidad. Para él, que estuvo al borde de la muerte cuando era joven y fue despojado de su libertad durante años, la vida fue pese a todo hermosa. La amó tanto como a su esposa, Lucía Topolansky. «He gastado mi juventud, mi vda junto con mi compañero, que estoy vivo por ella, y por esa otra mujer que es mi doctora, si no me hubiera ido», dijo durante su sorprendente discurso en la plaza 1 de Mayo de la capital uruguaya, donde se presentó para apoyar a Yamandú Orsi, entonces candidato de su partido, Frente Amplio, a la presidencia. El exmandatario vivió para ver a su heredero ganar las elecciones.
Jamás demostró miedo a la muerte. No lo tuvo en sus tiempos de guerrillero cuando luchaba por derrumbar el régimen dictatorial que regía en su país, ni tampoco cuando ya en la clandestinidad resultó herido tras recibir seis balazos, ni mucho menos cuando se convirtió en rehén de los militares, que lo aislaron bajo unas condiciones inhumanas en la cárcel durante más de una década. Durante los quince años que pasó en prisión logró fugarse en dos ocasiones. Su último periodo entre rejas se extendió desde 1971 hasta 1985.
En el libro 'Memorias del calabozo, 13 años de cárcel' narra cómo soportó aquella terrible experiencia. Cuenta que lo que más le costó en sus primeros años en prisión fue controlar su cabeza y reconoce que entre las cuatro paredes de su celda se encontraba su mayor enemigo y, con el paso del tiempo, descubrió que también convivía con su mejor amigo: él mismo. Mujica escuchaba a las hormigas gritar y llegó a domesticar a las ratas, lo que da idea de las circunstancias extremas en las que sobrevivió hasta que Uruguay recuperó la democracia en 1985 y llegó una amnistía para acusados de diferentes delitos, entre ellos los políticos. Nunca fue juzgado.
Con orígenes vascos por parte de padre -cuya familia llegó al país latinoamericano en 1842 procedentes de la localidad vizcaína de Muxika- e italianos por parte de madre, Mujica se había estrenado en política a mediados de los cincuenta con el Partido Nacional, donde ejerció como secretario general de las juventudes nacionalistas. Seis años más tarde cofundó Unión Popular, con integrantes del Partido Socialista y Nuevas Bases, pero la formación cayó en las elecciones de forma contundente tras cosechar sólo el 2,3% de los votos. En 1964 se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
El expresidente dio el paso definitivo para labrar su carrera política apenas unos años después con la creación del Movimiento de Participación Popular con militantes de Los Tupamaros y otras fuerzas de izquierda. Una alianza que bautizó como Frente Amplio y con la que en 1994, y tras su estancia en prisión, fue elegido diputado por Montevideo. En 1999 se convirtió en senador y en 2004 su partido ganó las elecciones generales -superó los 300.000 votos- y llegó al Gobierno de Uruguay. El presidente que salió de esos comicios, Tabaré Vázquez, nombró a Mujica ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca un año más tarde.
Tras varias luchas internas dentro del partido, el entonces ministro se convirtió en 2009 en candidato a liderar el Ejecutivo uruguayo por el Frente Amplio, con el apoyo de más del 50% de sus compañeros. En la segunda vuelta de las elecciones generales, que se celebraron el 22 de noviembre de ese año, alcanzó el sueño de su vida: la presidencia. En el discurso que ofreció en la Plaza de la Independencia de Montevideo prometió acabar con la indigencia, reducir la pobreza a la mitad y centrarse en la educación, la seguridad, el medio ambiente y la energía, además de promover una reforma de la Administración pública. Cuando llevaba dos años en el cargo propuso legalizar la marihuana.
Fue un presidente diferente. Prefirió vivir en su casa, una granja junto a la carretera en malas condiciones, antes que en un palacio. «Aprendí que si no puedes ser feliz con pocas cosas, no vas a ser feliz con muchas. La soledad de la prisión me hizo valorar lo poco que tenía», explicaba.
Con su estilo directo y su modo de vida austero, que le llevó a ganarse el mote de presidente 'más pobre' del mundo -una afirmación que siempre negó-, Mujica se transformó en emblema de la izquierda latinoamericana y con su discurso anticonsumista ganó adeptos a nivel global. El pasado octubre recordó que era la primera vez en cuarenta años que no participaba en una campaña electoral, pero advirtió que estaba ahí para apoyar a su partido. «Yo soy un anciano que me voy. No al odio, no a la confrontación», repitió.
El antiguo mandatario dejó reflexiones tan profundas como las que Silvia Pérez Cruz cantó para la película 'La noche de 12 años', que relata cómo vivieron los presos tupamaros sus años en la cárcel: «Sobrevivan, por favor. Doce años es todo. Confíen para volver. Ratón, tiza y jabón. De pared a pared, sin luz… Añoro el calabozo. Nunca, nunca había sido tan yo. Tortura y tres locuras».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.